A veces creo que naciste en una época no adecuada para ti. Si así fuera, no tendrías que zurrarte los problemas por tu pensamiento independiente o tu ligereza al hablar y tampoco tendrías porque censurar tu arte innato de poner los adjetivos que te plazcan después de cada nombre propio que se cruce en tu camino.
Pienso, también, que eres un ser poco comprendido. Eres una criaturita dócil y voraz, haces lo que quieres de forma subrepticia con los tuyos; y los tuyos y los nuestros y los 'todos' te veneran.
Pienso que eres, además, un ser repugnante. Te aprovechas y conoces bien tu condición; sabes lo que arriesgas, pero conoces aún mejor lo que te espera.
Dulce y silencioso, elegante y refinado; eres cual mantiz religiosa que espera una a una a sus presas, con paciencia y devoción en tu mirada.
Pienso siempre que este nunca fue tu tiempo y lo repito: naciste fuera contexto, en época y lugar inadecuado. Supongo que es por eso que tiendes a buscarme, yo te abrazo, te abrigo y te hundo poco a poco. Este es el cariño que te ofrezco, sublime y ponzoñoso; y lo aceptas con ternura, no te queda de otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario