"Para ella la vida es una fiebre de amor y de enfermedad y todo lo demás le es indiferente, todo parece pasar en silencio y en olvido ante sus grandes ojos velados y profundos. Su vida es un esfuerzo febril por aferrarse a los minutos que se van y lucha porque ninguno pase sin ser sentido íntegro." Abraham Valdelomar
martes, febrero 02, 2010
Hace unos días me puse a pensar de que quizás lo mejor que le podría pasar a alguien que se siente atraído por mí sería que nunca llegue a interesarme más de lo debido. He visto las consecuencias de eso. Qué terrible. Siempre yo, tan fatalista.
Ahora me sacas de mis casillas, es como si derepente fuera una de esas celebridades que salen en los canales mil de cable y derepente están en todas las revistas, periódicos, noticieros, siendo vistos y leídos por gente ávida por roer algo de rumores suculentos y 'viste que la tal, esta pues, sí, ella'... y sí, las celebridades. Aunque de celebridad y digna de celebración, para nada, supongo que he aprendido a hacerme a un lado cada vez que, nuevamente, me siento una persona controversial y sí, hasta que sea la hora de ir corriendo a esconder mitad del rostro bajo las sábanas. En fin, a veces este Señor Desgraciado [con letra mayúscula en señor y en desgraciado porque será que se merece de mí todas las mayúsculas y negritas y subrayados con cursivas] logra sacarme de mis casillas, como decía, y es porque derepente me siento NULA, sí, nula, derepente mis artes, magias y apariciones y encantos se estropean: el sombrero se rompe y cae el conejo antes de sacarlo para recibir los aplausos y los "oh's! ah's!". Humillante, triste y frustrante. realidad pura.
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q fuerte...pero que paja
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