Si tuviera claro el contenido de la palabra, sabría cuál es la mejor decisión ahora.
No tengo nada por dar, lamentablemente.
No tengo nada por dar, lamentablemente.
"Para ella la vida es una fiebre de amor y de enfermedad y todo lo demás le es indiferente, todo parece pasar en silencio y en olvido ante sus grandes ojos velados y profundos. Su vida es un esfuerzo febril por aferrarse a los minutos que se van y lucha porque ninguno pase sin ser sentido íntegro." Abraham Valdelomar